Desarrollo Afectivo y Social: Travesía de 1 a 2 Años

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Written By Eric Ramirez

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Al iniciar el segundo año, los bebés comienzan a adquirir una perspectiva diferente del mundo que los rodea. A medida que ganan confianza, también desarrollan una mayor necesidad de exploración, acompañada siempre de una búsqueda de seguridad emocional, especialmente en presencia de figuras de apego.

Durante esta etapa, muchos niños muestran preferencias más claras, ya sea señalando objetos, buscando contacto visual o emitiendo sonidos para llamar la atención. La comunicación afectiva se vuelve más fluida: abrazos, besos y gestos de cariño aparecen de forma espontánea y sincera.

Sin embargo, también emerge la ansiedad por separación. Episodios como dejar al niño en la guardería pueden generar angustia, y es común que los pequeños se muestren más cautelosos frente a adultos desconocidos, a menos que estén acompañados por alguien de confianza. Esta reacción es completamente normal y forma parte de su proceso de vinculación y autoafirmación.


Hacia la Autonomía (De 1 ½ Años a 2 Años)

Entre los 18 y 24 meses, los niños atraviesan una fase de desarrollo emocional intensa. Descubren que son individuos distintos de los demás, lo que los impulsa a afirmar sus deseos e intenciones con más fuerza. Este crecimiento en la autoconciencia trae consigo emociones más complejas, como la vergüenza, la culpa o incluso el orgullo.

A esta edad, comienzan a aparecer conductas como la posesión de objetos o de figuras significativas. También se hacen evidentes los cambios de humor rápidos y los desafíos a las reglas, no por rebeldía, sino como parte de la exploración de límites.

El papel de los adultos es esencial: brindar contención emocional, mantener la calma ante sus reacciones y ofrecer herramientas para que puedan comenzar a autorregularse. Poco a poco, los niños empiezan a comprender nuestras expresiones emocionales y a responder con empatía: consuelan a un amigo, se preocupan si alguien llora, o se detienen ante un “no” dicho con firmeza y cariño.


Desarrollo Social: De los 13 a los 24 Meses

El desarrollo social entre los 13 y 24 meses es una travesía llena de aprendizajes y contrastes. Por un lado, los niños se muestran más sociables: imitan gestos, ríen para provocar risa, buscan el juego con los demás e intentan colaborar, incluso imitando tareas domésticas.

Por otro lado, también surgen actitudes más posesivas. Es común que no quieran compartir juguetes o que reaccionen con frustración ante límites. Este comportamiento no es un signo de egoísmo, sino una manifestación natural de su proceso de construcción del “yo”.

En esta etapa, también comienzan a ajustar sus comportamientos según las emociones de quienes los rodean. Pueden entristecerse si ven llorar a otro niño o alegrarse si alguien les muestra afecto. Este despertar de la empatía marca un avance importante en su desarrollo emocional y social.

Al mismo tiempo, la necesidad de independencia se fortalece. A menudo, los niños de esta edad se oponen a ciertas reglas, no tanto por desobediencia, sino por el deseo de ejercer su recién descubierta autonomía.


Reflexión Final

La etapa entre el primer y el segundo año de vida es una montaña rusa emocional: intensa, desafiante y profundamente transformadora. Los niños nos enseñan, día tras día, que el desarrollo afectivo y social no ocurre en línea recta, sino a través de momentos de conexión, conflicto, aprendizaje y ternura.

Como padres, acompañar este proceso con amor, límites claros y empatía no solo fortalece su crecimiento, sino también el nuestro.

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